Vol. 1 Núm. 3 (2022): Educación y datos

Aunque aún está dando sus primeros pasos, son muchos los expertos que vaticinan que el big data supondrá una auténtica revolución en el ámbito educativo, pero ¿de qué manera están relacionadas? Tal vez primero haya que responder a unas preguntas. ¿Qué es el el big data? Se trata de un conjunto de tecnologías y prácticas que hacen posible el almacenamiento, tratamiento y análisis de las enormes cantidades de datos que se generan en el mundo. Hablamos de unos 1.700 billones de bytes por minuto. ¿Para qué sirve? Utilizando el símil del famoso cuento de Caperucita y el lobo, sirve “…para verte mejor”, porque eso, realmente, es lo que permite el big data: vernos, escucharnos y analizarnos para conocernos mejor. ¿Cómo funciona? Utilizando potentísimos equipos informáticos que procesan con rapidez y eficacia millones de datos a la vez. Esto permite encontrar correlaciones entre datos y detectar patrones y tendencias que sirven para realizar pronósticos fiables para la toma de decisiones. ¿Y esto cómo se aplica en la educación? Según Dan Kerns, ingeniero de software experto en big data, en la educación todo esto se traduce en tres grandes posibilidades: la posibilidad de implementar una educación personaliza derivada del conocimiento exhaustivo de cada niño; la posibilidad de obtener feedback en tiempo real y actuar en consecuencia y, por último, la posibilidad de compartir el conocimiento. Y no es él el único que lo piensa.