I.
Introducción
El Estado peruano se compone de instituciones rígidas,
la cual es una característica visible correspondiente a una gestión enfocada en
tareas y resultados, más no en procesos, ni mucho menos en el desarrollo de
personas, aun cuando se cuenta con la más avanzada tecnología para llevar a
cabo innovaciones.
Debido a ello, se imposibilita instrumentalizar el fin
supremo -la persona- considerándola únicamente un medio. Pese a que es
precisamente en los colabores, denominados servidores públicos, en quienes
descansa la responsabilidad funcional y el deber moral de hacer que se geste y
se redirija la empresa bajo un modelo de modernización que transforme el rol
del Estado y le otorgue el llamado “rostro social” que tanto demanda la ciudadanía.
Lo que a su vez generará que los gestores públicos se conviertan en verdaderos
agentes de cambio, siendo reconocidos como el capital más importe, debiendo de
gestionar sus competencias.
En ese sentido, la modernización de la gestión pública
es un cambio que requiere ser llevado a la acción a través de un proceso de
retroalimentación continuo sin obviar la planificación y organización de
recursos y/o herramientas que mitiguen precisamente la resistencia al cambio,
concentrando el abordaje en las personas que integran la Administración
Pública.
Por tanto, se vuelve necesario profundizar en el
desarrollo de las competencias individuales y grupales, destacando el
fortalecimiento de los equipos de trabajo y de los liderazgos efectivos capaces
de protagonizar ese cambio anhelado, en contraposición con las estructuras
jerárquicas clásicas que precian habilidades técnicas y experiencia profesional
por encima de las habilidades denominadas blandas. Es decir, aquellas asociadas
a la personalidad y naturaleza de la persona.
Con ello planteado, en los últimos años la noción de Coaching
se ha vuelto cada vez más potente, ello debido a su vinculación con el
éxito en las organizaciones asociándolo a un incremento de productividad y
mejoras en la gestión.
Por todo ello, la presente se plantea llevar a cabo
una exhaustiva revisión de la literatura que permita inferir que el coaching es
una herramienta que puede aportar en la gestión pública a la vez que se motiva
un cambio progresivo de patrones que hagan realidad la tan ansiada
modernización del Estado.
II.
Metodología
La búsqueda de la información para la revisión de
literatura se hizo consultando las siguientes bases de datos como son Proquest,
Scopus y Google Scholar para encontrar revistas del más alto nivel científico.
Asimismo, cabe mencionar que para la realización de lo mencionado se emplearon
también palabras clave como como coaching, gestión pública, herramienta
estratégica.
Cada uno de estos descriptores se combinaron entre sí
durante la búsqueda utilizando los operadores boléanos “and” y “or”. Además,
algunos de los criterios o filtros que se utilizaron para hacer muchos más
específica la búsqueda y ser más precisos con los documentos encontrados en las
diferentes bases de datos consultadas fueron: que sean artículos de revistas, y
la antigüedad de la publicación no mayor a 10 años, procurando que la mayor
parte de las fuentes se mantenga en 5 años atrás.
Toda la información previa relacionada a los filtros
aplicados y las especificaciones sirvieron como criterios de inclusión, es
decir que sean artículos publicados en revistas científicas, que no excedan los
diez y de preferencia cinco años de antigüedad, que la temática guarde relación
con las variables de Coaching y gestión pública. Se excluyeron, en tanto, todos
los documentos que estuvieran orientados a otro tipo de gestión, que no
respetaran las especificaciones postuladas así como aquellos que estaban
incompletos, eran más antiguos, o auqellos que tenían enlaces averiados.
III.
Resultados y
discusión
3.1 Coaching
3.1.1 Nociones básicas
De acuerdo con el origen de su terminología, la
palabra Coaching se deriva del verbo inglés To Coach que significa entrenar,
más el sufijo ing, que la conlleva a ser revelada en acción y significa
entrenamiento. No obstante, desde otra postura en su origen lingüístico, la
palabra Coach se relaciona con el termino Húngaro Kocsi, que hace referencia a
un carruaje que permitía la movilidad de una o varias personas de un lugar a
otro (Urgilés et al., 2019).
En el mundo empresarial se puede dilucidar que es la
transición del talento humano mediante entrenamiento de un estado del
conocimiento a otro orientado a cumplir con la misión y visión de la
organización (Álvarez et al. 2018).
Arroyo (2012) señala que el coaching debe entenderse
como una herramienta de la
gestión estratégica para las
organizaciones, que puede
contribuir de manera
significativa en los procesos de la organización mediante un líder visionario,
bajo un estilo de dirección participativo. A su vez, su resultado permitirá
encontrar alternativas de solución de las variables evidenciadas que limitan
la productividad y competitividad incidiendo en los resultados
actuales de la
entidad, de donde
se deriva la importancia de un liderazgo que oriente a los colaboradores
a potencializar sus competencias y empoderarlos.
Dentro del proceso de coaching, existen dos elementos
claves; el Coach (primer elemento) que se encarga de optimizar las habilidades
de los Coachee (segundo elemento) mediante actividades direccionadas a las
áreas dentro de una organización a fin de conseguir resultados adecuados dentro
de las áreas mencionadas y del entorno laboral. Ello con el fin de estar al
nivel de la competitividad actual de las demás empresas, buscando obtener una
ventaja que sea agente diferenciador en los servicios referentes al tema
tratado en el proceso de coaching.
Según la Federación Internacional de Entrenadores
también denominada Internacional Coach Federation (ICF) (2017) el Coaching
supone una relación profesional entre dos personas, en la que uno es el Coach y
el otro es el Coachee. La misma debe llevarse de forma continua y temporal por
ambos, el coach debe conocer la temática a tratar dentro de la planificación de
actividades y a su vez estar al tanto de los procesos operativos de la empresa
con el objetivo de cubrir las necesidades presentadas por cada uno de los
empleados presentes en los procesos mencionados.
3.1.2 El valor del capital humano
En las organizaciones contemporáneas del mundo tienen
como pilar esencial al factor humano, una fuerza laboral capaz de crear,
facilitar y aplicar conocimiento es su principal actor en la innovación y
creación en manos del gerente, líder o directivo (Barrientos et al. 2020).
El valor del Capital Humano ha mantenido un auge incrementado y
sostenible a partir de la década de 1980 del siglo XX, como lo registran
importantes instituciones internacionales como la World Federation of People
Management Associations (WFPMA), la Boston Consulting Group (BCG) y el Programa
para las Naciones Unidas (PNUD). Así como también se han incorporado en muchas
empresas y países de todo el mundo denominaciones tales como Gestión de
Recursos Humanos (GRH), Gestión del Talento Humano, Gestión de Personal,
Gestión Humana, entre otras (Cuesta y Valencia, 2018).
La esencia de esta nueva disciplina, de acuerdo con la fuente previa, es
comprender a la persona o al ser humano en su integralidad bio-psico-social,
implicando a su capacidad productiva o su capital humano. A partir de la década
de 2000 de este siglo XXI, se consolida la acogida del concepto de capital
humano y su gestión.
En la actualidad, la sociedad se caracteriza por estar
basada en el conocimiento. Este es el principal recurso estratégico, siendo
capaz por sí mismo de generar nuevo conocimiento; por ello, el conocimiento del
capital humano se ha convertido en el cimiento de competitividad para cualquier
empresa, puesto que su posesión confiere la posibilidad de generar una ventaja
competitiva sostenible en el tiempo, e incrementa el valor de la compañía
(García et al. 2012).
Debido a la rapidez con la que cambian las habilidades
y conocimientos requeridos y a la consideración de los empleados como un
recurso competitivo esencial para alcanzar una ventaja competitiva duradera
(Guerrero y Sire, 2001), la formación se constituye en uno de los factores
esenciales que determina la eficacia de las organizaciones (García et al.
2012).
En ese sentido, parte de la formación continua puede
ser el coaching. De acuerdo con Pérez (2017) permite desarrollar el desempeño y
para diagnosticar requiere formular y responder varias preguntas. Busca
reforzar ese desempeño en los procesos en que se han identificado acciones
positivas; y luego, la corrección de los comportamientos que separan al sujeto
del cumplimiento de sus metas. Por lo tanto, el coach, estimula, guía y
aconseja al cliente (coachee o entrenado); en varias etapas: Primero genera un
contexto y un vínculo; segundo, define la situación actual; tercero, define la
meta o situación ideal; cuarto, genera aprendizajes de la entrevista; quinto,
desarrolla planes de acción; sexto, pasa a la acción e interioriza la
responsabilidad al entrenado. Este proceso se estima entre cuatro meses y un
año. (pp.20-27).
El capital
humano
El capital humano se va forjando a lo largo de la
historia, utilizando el conocimiento, desde las sociedades nómadas hasta
nuestros días. Siendo el conocimiento el motor que ha impulsado la riqueza en
las diferentes sociedades (Merzthal et al. 2017).
Varios autores como Alama (2008) citado en García et
al. (2012) consideran que el capital humano está formado por los conocimientos
y habilidades individuales de los miembros de la organización que permiten
incrementar su productividad y su contribución a la generación de valor para la
empresa. El investigador que inventa una medicina innovadora, o el gerente de
planta que reduce el tiempo del ciclo de producción, son ejemplos de este tipo
de capital.
El capital humano recoge la cantidad de conocimientos
útiles y valiosos acumulados por los individuos en el proceso de educación y
formación; incluye la capacidad y el talento innatos, así como la educación y
las cualificaciones adquiridas.
Invertir en el
capital humano
Los rápidos avances hacen cada vez más necesario que
los trabajadores desarrollen nuevos conocimientos y nuevas habilidades. Esto
es, las empresas requieren de empleados con competencias, actitudes y una
agilidad mental, que les permitan pensar de manera sistémica y operar dentro de
un entorno altamente dinámico (Bontis, 2002 citado en García, 2012).
Sáenz (2017) precisa que uno de los factores que se
tienen en cuenta en las nuevas corrientes de la Administración moderna, es que
se tengan a los colaboradores capacitados según las necesidades del negocio,
invertir en el conocimiento y capacidades de estos; en la medida que esto va a
repercutir en la productividad y eficiencia del personal en la institución
(Bonilla et al. 2018).
Siguiendo este orden de ideas, la productividad esta
enlazada a la gestión del conocimiento. Por ello, es transversal que las
personas estén en constante aprendizaje y construyendo nociones por medio de
diferentes sistemas (Yohalmo, 2014).
3.1.3 El rol del coaching en el
capital humano
El
desempeño del talento
humano en una
organización es una
herramienta clave en
un sistema empresarial,
cuyas ventajas parten
de la motivación,
y de las
habilidades de los
gerentes, líderes y
directivos. Las empresas en la
actualidad requieren de un talento humano
capacitado que se
pueda mantener en
el desempeño, a través de los
principios de la confianza, sinceridad,
responsabilidad y concienciación (Ravier, 2015).
En ese sentido, el Coaching es un proceso de
adiestramiento individualizado y privado, en el cual se aplican herramientas y
acciones que permiten llenar el espacio entre el estado actual de un sujeto
versus el estado que anhela llegar, se puede plantear de diferentes maneras,
pero el diseño de un modelo técnico metodológico de coaching abarcará todo lo
necesario para el correcto accionar de la empresa mediante un esquema (ASESCO,
2018).
El rol del Coaching influye de forma significativa en
la productividad, como un efecto a mediano plazo, ya que en este caso se le
puede proporcionar el programa a un determinado directivo, para que el
resultado sea que analice la situación en la que encuentra su empresa y aprenda
cómo gestionarla con otras herramientas que le permitan mejorar su
productividad, a través de una mejora en su liderazgo, comunicación, toma de
decisiones y demás competencias blandas y/o técnicas (Urgilés et al. 2019). Sin
embargo, este proceso es siempre recomendable que se empiece por los líderes
y/o directivos que son la cabeza de la institución (Yohalmo, 2014).
En
relación con las
actividades que realiza
la gerencia ante
una organización contemporánea, Barrientos et al (2020) precisa que debe
atender siempre el capital
humano como primer
enfoque, y aunado
al coaching, ello permitirá mejorar
de forma permanente
y tener la intención de lograr
mejores resultados de valor en base al
talento, sus habilidades
personales y profesionales, a la
actitud y a la contribución que
harán desde la
organización.
Pero, hay que
destacar la gerencia del coaching, esta
facilitará la adaptabilidad a
nuevos equipos de
trabajo y a
nuevos cambios, con
una gran capacidad
para aprender en
forma eficaz. Todo ello
conlleva a que una
organización contemporánea cuente
con talento humano
capacitado y preparado
para el constante desarrollo y competente a enfrentar
el cambio sin resistencia.
3.1.4
Tipología del coaching
Según quien lo recibe, los procesos de coaching se
pueden recibir de forma individual, grupal o equipos, a nivel empresarial o la
organización en su conjunto (Terrado, 2018).
-
Coaching individual:
Se basa en sesiones de aprendizaje individualizadas y personalizadas. Se
trabaja en un plazo de entre 4 y 12 sesiones, durante las cuales se tratan
temas de forma interactiva, con un flujo de preguntas, herramientas, dinámicas
de aprendizaje, observaciones, etc., que aportan transparencia entre coach y
coachee y motiva a actuar hacia el cambio.
-
Coaching de equipos:
Se aplica a un equipo natural, es decir, por ejemplo, a un equipo directivo,
equipo de un departamento, etc. En el cual, como indica Inglés (2013), el coach
ayuda al equipo a que se vean reflejados en un espejo, es decir que vean como
son como equipo, como afectan sus relaciones a los resultados y rendimiento,
que tipo de roles existen en el equipo de forma informal, como suelen gestionar
ciertas situaciones y los cambios.
-
Coaching grupal:
Consiste en la reunión de un número reducido de personas, que no constituyen un
equipo natural, sino que son individuos con los mismos intereses, pero sin un
objetivo común. Acompañadas de un coach, trabajan sobre un modelo de
aprendizaje cooperativo a través del cual no sólo aprenden individualmente, si
no que mejoran su rendimiento como grupo. Con esta herramienta los trabajadores
descubren sus fortalezas y debilidades y promueve la mejora de las relaciones
entre los participantes, como indica Castro (2016).
-
Coaching
organizacional: Este tipo de coaching actúa transformando las organizaciones, a
través de la trasformación de los integrantes del misma. Se aplica a toda la
organización, por tanto, en forma de coaching de equipos, grupal o individual,
el coach alcanza todas y cada una de las áreas que forman la empresa.
3.2 Gestión pública
Pagani (2015) explica que los conceptos de gestión y
gestión pública han sido muy utilizados a lo largo de las últimas décadas,
principalmente a raíz del cambio del rol del Estado por el que fueron
atravesando los países industrializados, y en donde se comienza a hablar de
gestión como diferenciación de la administración pública tradicional. En
particular el concepto de gestión se ha tomado en algunas ocasiones como
sinónimo de administración, pero en otros se lo sobreentiende como un concepto
superador.
Por un lado, la gestión vista como la articuladora de
los recursos humanos, financieros, técnicos, organizacionales y políticos para
la producción de bienes de consumo individual o colectivo que satisfagan las
demandas de la sociedad, en donde se pone cierto énfasis en los problemas
vinculados a la eficiencia y eficacia del conjunto de procesos a través de los
cuales se articulan los recursos. Por otro lado, la gestión es considerada como
el espacio privilegiado en donde se construye la demanda, aludiendo a los
problemas políticos que tienen lugar en la dinámica de la gestión y en donde se
ponen en relación el aparato estatal con la sociedad (Chiara y Di Virgilio,
2009).
Según la Secretaría de Gestión Pública en Perú, la
gestión pública es un conjunto de procesos y acciones mediante los cuales las
entidades tienden al logro de sus fines, objetivos y metas, a través de la
gestión de políticas, recursos y programas.
3.2.1 La Nueva Gestión Pública
La nueva gestión pública (NGP) es una teoría que tiene
como idea fuerza la adopción de una perspectiva gerencial en el Estado. Surgida
en la segunda mitad del siglo XX en países con altos niveles de desarrollo,
antagoniza con el modelo tradicional de organización y entrega de servicios
públicos que se basa en ideas como la jerarquía burocrática, la planificación,
la centralización y el control directo (García Moreno & García López,
2016). En sustitución, introduce la racionalidad económica en la administración
pública, como forma de aumentar la eficiencia y eficacia. Este cambio se ha
concebido como un tránsito desde la administración pública a la gerencia
pública.
Entre los enfoques de la NGP abordados (Chica, 2011),
resaltan las nociones de reinvención del gobierno (Osborne y Gaebler, 1992), el
paradigma posburocrático (Barzelay, 1998), la creación de valor público (Moore,
1995), la gestión por procesos (Aguilar, 2006) y la Gestión para resultados,
GpR (BID-CLAD, 2007).
La Nueva Gestión Pública (NGP) tiene consecuencias
ético- morales, al reconfigurar los valores que orientan la consecución de los
fines de las organizaciones públicas y afectan la manera en que se diseña la
capacidad organizacional estatal y no estatal, frente a un nuevo concepto de lo
público (Chica, 2011).
3.2.2 Gestión por procesos
Cada actividad es una unidad de trabajo, que puede
realizar un trabajo material o uno mental, y que puede ser una actividad simple
o una actividad compleja que agrupa múltiples acciones más simples, llamadas
“tareas” u “operaciones” (Aguilar, 2006, p. 380).
También hace énfasis en el uso de las Tecnologías de
la Información y las Comunicaciones (TIC), para agilizar y permitir la
realización descentralizada e incluso deslocalizada de las actividades en el
marco de procesos estandarizados, en la organización de equipos
multifuncionales, dado que su uso, se atribuye como garante de la disminución
de tiempos y recorte de distancias en la prestación oportuna de servicios
(Chica, 2011).
3.2.3 Gestión por competencia
La gestión por competencias, que busca aprovechar y
moldear los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes de los individuos
a fin de proporcionar el desempeño que persigue una organización competitiva
3.2.4 Gestión por resultados
La Gestión para Resultados (GpR), hace énfasis en la
superación de problemas socialmente relevantes como: la superación de la
pobreza; el crecimiento económico sostenible; el mejoramiento en la calidad de
vida; el incremento de la esperanza de vida; el aumento de los promedios de
escolaridad; la disminución del costo de operación gubernamental y el
mejoramiento de la definición y medición de los resultados de desarrollo por
parte de las instancias estatales y supraestatales.
Gestión pública
para resultados en el desarrollo (GpRD)
La gestión pública para resultados en el desarrollo
(GpRD), en cambio, consiste en una estrategia de gestión pensada para aumentar
el nivel de desarrollo. Esta modalidad intenta lograr esto a través del uso de
instrumentos de gestión que, en forma colectiva, coordinada y complementaria,
orienten la acción de los actores públicos hacia la generación de mayor valor
público, para generar una mayor calidad de vida de la población (García &
García, 2016).
3.3 Coaching en gestión pública
La modernización de la gestión pública es un cambio
que requiere de un mejoramiento continuo que necesita de una planificación previa que
mitigue la resistencia al cambio, centrándose en un trabajo permanente con las
personas que integran la Administración Pública y , como ya se expusiera,
encuentra en el Coaching una excelente herramienta de trabajo.
No sólo mitigar la resistencia al cambio es un
objetivo, también lo es y de gran trascendencia, el desarrollo de las
competencias individuales y grupales, destacándose el fortalecimiento de los
equipos de trabajo y de los liderazgos efectivos capaces de ser agentes que
destacan y revitalizan el norte modernizador, siendo protagonistas del cambio.
En consecuencia, el Coaching es una gran posibilidad
de rescate y uso eficiente y efectivo de competencias grupales e individuales y
por tanto de desarrollo de habilidades, capacidades, actitudes y aptitudes de todos
quienes forman parte de los diversos servicios públicos.
3.3.1 Características del coaching en
el sector público
El coaching en gestión es una iniciativa que utiliza
un enfoque caracterizado por los siguientes lineamientos generales (Johnson et
al. 2011).
-
Generación de
resultados concretos, en tiempos cortos y con mínima inversión:
El principal lineamiento es obtener resultados
tangibles para la entidad pública que sean visibles en el corto plazo y que no
requieran una gran inversión.
-
Foco en las
prioridades de la más alta autoridad institucional:
La intervención se centra en abordar las
prioridades de la más alta autoridad, lo cual garantiza el compromiso y la
voluntad política para realizar los cambios requeridos y lograr los resultados
esperados, permitiendo que el personal se involucre, participe y asigne el
tiempo necesario para cumplir con los objetivos de la iniciativa.
-
Generación de altos
beneficios institucionales:
Los resultados de la intervención deben apuntar
a generar beneficios institucionales y a fortalecer capacidades que excedan
situaciones exclusivamente coyunturales.
-
Los funcionarios de la
institución son los protagonistas
principales de la intervención: Una premisa fundamental es lograr que
los funcionarios asuman el rol principal de agente de cambio y que el equipo
BID intervenga como facilitador y “coach” del proceso. Lo anterior permite generar un
ambiente de coparticipación y corresponsabilidad en la ejecución de la
iniciativa, incrementando la generación y sostenibilidad de los resultados.
3.3.2 Etapas de Coaching en el sector
público
La iniciativa se estructura en las siguientes etapas
(Johnson et al. 2011):
-
Primera Etapa:
Planificación del Alcance
Dado el
tamaño y complejidad de las instituciones, es necesario definir y lograr
un acuerdo en cuanto al alcance de la
intervención, es decir acotar un conjunto de
resultados valiosos y alcanzables acordados con las entidades sobre las
áreas de desempeño que deben ser mejoradas, así como las capacidades de gestión
institucionales asociadas que requieren ser fortalecidas. Con este propósito,
en conjunto con las autoridades, se realiza una
evaluación general de la
organización que permita identificar
aquellos “puntos de
dolor” prioritarios que impiden a
la entidad alcanzar mejores niveles de desempeño y que,
a la vez, cumplen con los lineamientos
generales de la intervención.
-
Segunda Etapa:
Diagnóstico
Una vez que se ha determinado el alcance de la
intervención, se realiza una descripción, análisis y evaluación detallada de la
situación actual, que permita identificar las
principales oportunidades de mejora que inciden en el desempeño de las
áreas seleccionadas. Al mismo tiempo, la información recopilada
permite establecer la línea de base que medirá el nivel de logro de los
resultados de la intervención.
-
Tercera Etapa:
Implementación
Durante esta etapa se diseña y ejecuta el plan
de implementación, que comprende el conjunto de actividades necesarias para
abordar las oportunidades de mejora
identificadas en la etapa anterior. Esta etapa incluye también un
proceso de priorización de dichas oportunidades, para seleccionar
aquellas que son factibles de implementarse
de forma rápida y que generen resultados concretos.
-
Cuarta Etapa:
Evaluación de resultados
Esta
etapa contempla el seguimiento del proceso
de mejora y
la evaluación de
los resultados obtenidos. Esta
evaluación permite validar el nivel de éxito de la intervención frente a las
metas esperadas.
A sabiendas que los pilares de la Gestión Pública,
según Chiavenato (2012), se considera como las políticas de estado y de
gobierno: el planeamiento estratégico (propósito, objetivos, misión, visión,
liderazgo, estrategias políticas, procedimientos, reglas, programas,
presupuestos), presupuesto por resultados, gestión de procesos, servicio civil
meritocrático, seguimiento, evolución y gestión del conocimiento, es
indispensable que el proceso de coaching se redirija a esto.
Por ello el coach debe guiar a los equipos a las
metas, enfocarlos en los resultados, desarrollar las tareas de planificación
con un diálogo concertado con la ciudadanía, la cual debe ser realizada con una
comunicación asertiva, con adaptabilidad del entorno y creatividad para dar
nuevas soluciones
IV.
Conclusiones
El coaching es una modalidad que va más allá de la
orientación personal y de acciones ejecutivas. Pretende enfocar esfuerzos que
beneficien a la empresa, los grupos y los individuos, alineando sus
expectativas de desarrollo, y acompañando a los protagonistas de la
organización a mejorar su desempeño y a ser productivos. De esta forma, se
deduce que las acciones del coaching se relacionan con un sistema que
comprenden elementos culturales y elementos relacionados con el comportamiento,
las actitudes y las creencias de todos los que integran la organización.
La información presentada invita a investigar,
desarrollar y aplicar el ejercicio del coaching en los integrantes de una
organización, a fin de prosperar en sus competencias y, consecuentemente,
mejorar su desempeño en el trabajo.
El Coaching en el sector público, específicamente,
debe institucionalizarse como una práctica de desarrollo de personal y
organizacional, para la reflexión de sus prácticas políticas en beneficio de la
ciudadanía generado formalización de acuerdos y compromisos de la población y
sus colaboradores institucionales a lograr los objetivos con políticas
coordinadas y articulados para lograr la agenda propuesta para años venideros,
ello sobre todo en sociedades como la peruana donde lo normal son las entidades
rígidas y sin foco en el capital humano que, como se ha visto, deberían ser el
centro de toda organización.
V.
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